sábado, 6 de febrero de 2010

UN PASADO PARA NUESTRO FUTURO

No es por seguirle la corriente a las efemérides, tampoco a los festejos que se están quedando sin significado, es que este sí es importante porque el viernes celebramos el 5 de Febrero de hace 93 años. De ese 1917 que puso a Querétaro en el mapa posrevolucionario porque aquí se discutió, acordó y proclamó la Constitución, que con sus muchas contrahechuras posteriores y parches nos sigue rigiendo.
Como dicen los historiadores, esa Constitución no fue un retrato del país, que en esos momentos quedaba fragmentado, enfrentado en múltiples facciones y que necesitaba de un proyecto común para comenzar a pacificarse, se requería construir las instituciones que tuvieran como pretexto y fin hacer realidad las aspiraciones comunes, garantizar el reparto de tierras para que los campesinos quedaran protegidos de los latifundistas y recuperaran lo perdido durante décadas, había que asegurar los derechos y especificar las obligaciones de los obreros, había que acotar a los poderes que en los hechos, abusaban de un poder que nadie les había dado pero que sí habían arrebatado por la fuerza, por el miedo, por las amenazas y el sojuzgamiento cotidiano.
Tenía que discutirse y firmarse en Querétaro por su lugar privilegiado en el centro del país, porque esta ciudad había sido tomada por el ejército constitucionalista del general Venustiano Carranza y no por los villistas, zapatistas o las tropas de alguien más. Convocar a las distintas fuerzas revolucionarias en Querétaro fue una muestra de estrategia política, había inteligencia y visión de futuro, lo que ahora, 93 años después, brilla por su ausencia.
Hace falta un nuevo pacto social, el de 1917 se desfondó y necesita de una actualización histórica, plantear un nuevo modelo de país, antes no existía la globalización y sus terribles efectos, el orden mundial apenas estaba por cambiar y definirse, estamos hablando de las guerras mundiales y sus nuevos desequilibrios, de la nefasta guerra fría, de un desperdiciado poder unipolar que se rindió a las fuerzas económicas que no ha sabido controlar.
Nuestro panorama mexicano sigue mostrando algunas de las muchas carencias y retrocesos, desfilaron por las calles de un estado vecino, Michoacán, seres humanos flagelados, torturados, maltratados sin posibilidad alguna de defenderse, que fueron “castigados” por una parte del crimen organizado que está más que dispuesto a tomar las funciones de policía y juez con tal de que nadie les dispute el territorio, que prometen protección contra los delincuentes menores y casuales con tal de asegurar que en esos lugares ellos manden, que gobiernen sin marco legal alguno y sin contrapesos, por la pura fuerza y por la incapacidad de los gobiernos para hacer cumplir las leyes. Jóvenes fueron masacrados en Ciudad Juárez en una fiesta, mientras nuestro presidente justificó la matanza, 48 horas después, arguyendo un pleito de pandillas.
Otra contrahechura, develada por una instancia producto de esos afanes revolucionarios y constitucionales, la secretaría de educación pública publicó los resultados de un estudio donde encuentra que: Cuatro de cada diez profesionistas en México trabaja en una actividad que no está ligada a la carrera que estudió; pero quienes terminan buscando un ingreso como taxista o vigilante son los antropólogos, etnólogos, arqueólogos, historiadores, geógrafos, geólogos, agrónomos o ingenieros químicos industriales… El subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán, explicó que ante la crisis económica, que el año pasado dejó sin empleo a más de 400 mil profesionistas, algunos se vieron obligados a obtener un ingreso como operador de transporte o en tareas de protección y vigilancia… no es extraño que en nuestro país una persona sin estudios o que no terminó la primaria tenga más oportunidades de encontrar un empleo que un profesionista. Pésimo mensaje para nuestros niños y jóvenes.
Se habla de reforma laboral pero no de reforma empresarial, se habla de reforma política que por abrirse el tema en un momento inoportuno puede provocar lo contrario de lo que se pretende: “más partidocracia” más pragmatismo, menos apego a los principios, un perfil ideológico desdibujado y menos representatividad ante esos poderes fácticos que cada vez ganan más espacio aunque jueguen, ya no en los límites de la legalidad, sino en la ilegalidad declarada y descarada.
Se confunden las libertades propias de un país sumergido cada vez más en la pluralidad y la diversidad, con una uniformidad impuesta por la culpa y el castigo. Podríamos seguir bordando sobre el mismo tema, las crisis mexicanas, no sólo las económicas, amenazan con volverse permanentes porque casi nadie parece hacer algo para detenerlas y corregir el rumbo. Pero basta por hoy, que cada quien piense en lo que le toca hacer para ser más solidario, respetuoso de lo que creen o no creen los demás, congruente con lo que piensa, dice y practica; dispuesto a convencer y no a imponer.
Un apunte final que no se puede dejar pasar, en la memoria histórica del Colegio de Bachilleres (COBAQ) publicada con motivo del 25 aniversario de esa institución educativa, la mezquindad impidió se reconociera la importancia de personajes como Bárbara Leticia Ruiz Barrios, de las fundadoras de ese sistema y de su Plantel 1. Aunque sea por este medio que sepa que muchos valoran lo que otros se empeñan en querer borrar de la historia.