sábado, 6 de marzo de 2010

LOS DESASTRES Y LA DEMOCRACIA TONTA

Los desastres mostrando mucho más de lo que creíamos que había, no sólo la arrogancia humana que cree que puede domar a la naturaleza, también el miedo a la incertidumbre, la pérdida de las seguridades que damos por ganadas y que cuando se tambalean, en este caso literalmente, hacen que perdamos cualquier asidero con una realidad que primero negamos y después nos enloquece. No hay nada más difícil que controlarse en medio de una multitud que actúa irracionalmente. Eso han mostrado los desastres naturales o no.
Por ejemplo, el sismo en la República de Chile y sus lamentables consecuencias que no tiene caso mencionar una por una, ya la crónica de los hechos y el recuento de los daños los hemos estado viendo y escuchando por los diversos medios de comunicación internacionales, lo que vale la pena destacar es la oportunidad para que ese nuevo organismo recién nacido en Cancún, esa asociación de países latinoamericanos sin la presencia de Estados Unidos y Canadá, podrá probar en los hechos si es viable, si esa integración alcanza siquiera para contribuir de forma importante en la reconstrucción de ese país sin que hagan falta los dólares del imperio del norte. Y es que hay que recordar que lo actuales gobernantes chilenos, comenzando por su todavía presidenta Michelle Bachelet, son de los damnificados, de los afectados directamente por la represión militar que de la mano de los norteamericanos ejerció una represión brutal contra ese pueblo y que a pesar del cerco informativo cruzó fronteras y se ganó el repudio internacional de la mano y la voz del canto latinoamericano. La dictadura militar y sus efectos que trascienden generaciones. El pinochetismo como símbolo de la brutalidad, de las ganas de destruir cuerpos y mentes alegando las buenas intenciones y las libertades que convirtió en represión, en tortura, en desapariciones forzadas, en miles de muertos.
Los agravios cometidos por nuestros vecinos del norte son muchos, y aunque se adueñaron de la situación de desastre en Haití para hacer negocio con ello, el caso chileno es diferente y esa diferencia debe verse al momento de entrarle a la reconstrucción material y social de esos lejanos vecinos sureños, pero cercanos en la cultura y la sensibilidad.
Hablando de cultura y sensibilidad, estamos lamentando la muerte de un ser humano excepcional, de un mexicano que se dio la oportunidad y aprovechó al máximo la vida, aunque esta haya sido relativamente corta temporalmente, apenas 62 años, lo que logró Carlos Montemayor da envidia. Ojalá y todos nos decidiéramos a vivir como él. Su biografía, sus obras, su influencia sobre el arte y la cultura está en todas partes, sólo bastan las ganas de buscarlas para encontrarlas. Sólo podemos aquí, traerlo a la memoria para que su obra se siga disfrutando y nos sirva para explicarnos la realidad.
En Querétaro también hay personajes entrañables, de esos que hurgando en el pasado no pierden su anclaje en el presente aunque vean seriamente amenazado su futuro. Y es que nuestro sistema de salud está destrozado como resultado de la aplicación criminal de las políticas neoliberales y los damnificados ya se cuentan por millones. Don José Félix Zavala es uno de ellos, pero no se resigna, pelea por sus derechos y los de los demás, y a pesar de las dificultades, de los graves problemas de salud propios y de su familia no deja de producir, de recoger y compartir esos temas culturales y sociales que tienen espacio en su página electrónica de “El oficio de historiar”. Ojalá que su persistencia y la solidaridad rompan con la indiferencia, el cinismo y la ineficacia de autoridades que no sirven para lo que se les paga.
Otro tema persistió este fin de semana. Una entrevista más, de las muchas que se preocupa en ofrecer por todo el mundo y principalmente en los países, como el nuestro, que están sumidos en la violencia de la acción cruel del crimen organizado. El señor Edgardo Buscaglia, ya conocido en estas páginas, lanza una advertencia más producto de su amplia experiencia y de su trabajo como especialista de la ONU. El crimen organizado seguirá con su espiral corruptora mientras las élites política y empresarial mexicanas no se convenzan de que perdieron el control de la situación y están directamente amenazados. Y es que para que el crimen organizado crezca a los niveles que estamos padeciendo, es porque las élites creen que pueden mantenerlo fuera de sus colonias y campos de golf, fuera de sus familias, ajeno a su forma de vida, creen que todavía les alcanza para controlarlo y beneficiarse de las ganancias, que son muchas y que se cuelan por todos lados. Pero los está perdiendo la ambición y su criaturita se los está comiendo. Buena parte del país ya está bajo control de la ilegalidad, venga del lado que venga, hasta hacer una fiesta resulta más que riesgoso, y es que quieren que nos acostumbremos a la presencia de las fuerzas armadas en las calles, como si no hubiera otras cosas qué hacer, más efectivas, más inteligentes, dentro del marco legal.
Para terminar, dice nuestro secretario de educación pública que la mexicana es una “democracia tonta”, porque desperdicia el talento político –bueno, el poquito que llega a notarse—por no permitir la reelección legislativa, nada más que nuestro secretario se mordió la lengua porque acaba de despedir a dos de los funcionarios más importantes para la implementación de las reformas educativas en los diferentes sistemas, truncando, en los hechos, el avance y consolidación de las mismas. Y eso sin necesidad de adentrarse en los asegunes de cada una. Quizás estaría pensando, también, en instituciones como el Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro, que en lugar de aprovechar el capital humano que ha desarrollado en sus 25 años de existencia, lo está desperdiciando; por ejemplo, después de muchos años no hubo cursos de actualización para los docentes el pasado mes de enero y las prácticas autoritarias están ocupando el lugar de lo que debiera ser un espacio rico en investigación, diagnósticos serios y propuestas fundamentadas. Se antoja que las autoridades educativas y la oficina del gobernador le echaran un ojo a este sistema.