sábado, 1 de mayo de 2010

TRABAJOSO PRIMERO DE MAYO

“Los trabajadores y trabajadoras y sus familias siguen soportando el peso de una crisis económica de la que no son responsables. Desde 2007, cuando estalló la crisis, 34 millones más de hombres y mujeres quedaron sin empleo. Muchos otros millones han abandonado la búsqueda de trabajo a medida que disminuyen las perspectivas de empleo. La situación a la que se enfrenta la juventud es particularmente grave, con tasas de desempleo en ocasiones hasta tres veces superiores a las de los adultos. Se calcula que en 2010 se incorporarán a la mano de obra mundial 45 millones de jóvenes mujeres y hombres. De acuerdo con las proyecciones actuales, habrá muy pocos empleos disponibles. Este es un drama social de proporciones incalculables”. SUPERAR LA CRISIS DEL EMPLEO Declaración de la Agrupación Global Unions a las reuniones de los Ministros de Empleo y Trabajo del G20. Washington, 20-21 de abril de 2010.

El sistema económico actual resulta ya insostenible, sus reiteradas crisis enseñan que carece de una lógica interna que lo haga viable y conveniente para las mayorías que cada vez resultan más empobrecidas.
Según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua, uno de los significados de “trabajo” es: “Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza”, aspecto que se mantiene convenientemente oculto. Los trabajadores generamos riqueza, misma que debe ser distribuida a través de un salario digno que permita vivir plenamente, no sólo al trabajador, también a su familia, pero una economía que basa su supuesto éxito en la concentración de esa riqueza encuentra fácil deprimir los salarios al máximo e incrementar los precios lo más que se pueda, así como destruir las políticas sociales por la vía de apropiarse de los recursos destinadas a las mismas vía la privatización de los servicios básicos, como la salud, la educación, la generación de energía, la producción de alimentos, comunicación, transporte y todo lo que se pueda, con el falso argumento de que los gobiernos son ineficientes para manejarlos.
Para rematar, las propuestas que se hacen en países como México, donde a pesar de las múltiples evidencias en contra siguen existiendo neoliberales ortodoxos ocupando importantes puestos públicos, siguen por el camino de hacer más precarias las condiciones de empleo, más difícil el acceso a trabajos “decentes” y a ingresos justos.
Para darnos una idea del tamaño del problema que se enfrenta desde hace rato y que empañan una celebración real del Día del Trabajo, está el dato de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dependiente de las Naciones Unidas que calcula que nada más el año pasado “100 millones de hombres y mujeres han quedado sumidas en la más extrema pobreza”.
Si la pobreza ya es de por sí grave, el daño a la economía de los países más vulnerables o dependientes de las grandes potencias hace peligrar otros aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo, diversos analistas han advertido que la democracia moderna se diseñó para sociedades de “pleno empleo”, es decir, en donde la gran mayoría de la población tenga un trabajo satisfactoriamente remunerado, permanente, con posibilidades de desarrollo y capacidad de consumo, de manera que pudiera estar libre de esas preocupaciones y poder ejercer su capacidad de elección en una democracia; de no ser así, analizar entre diversas opciones políticas sería un lujo que no se puede dar. Otro efecto es el crecimiento desmedido de una “economía informal” que no paga impuestos pero que tampoco garantiza derechos mínimos a quienes se ven obligados a refugiarse en ella, además de que la ilegalidad que suele caracterizarla la hace presa fácil del crimen organizado. Si se es mujer o joven la situación es aún más complicada, en el primer caso sus ingresos son muy inferiores a los de sus pares masculinos y la hace vulnerable a situaciones de acoso y abuso, en el segundo, el desempleo y la frustración resultante de tener que aplazar los planes de vida por tiempo indefinido y seguir dependiendo de los demás es una pesadilla recurrente que se vuelve realidad cada mañana. Ya ni mencionar los casos extremos que se vuelven cada vez más atractivos, dedicarse a actividades que combinan el riesgo, la ilegalidad y la violencia desmedida.
La globalización del modelito económico está impulsando una competencia entre países y regiones, por atraer a las empresas y capitales que han resultado beneficiados hasta ahora, el problema es que es a costa de los cada vez más escasos fondos públicos; así, se les ofrecen condiciones como: una mano de obra dócil, barata y dispuesta a casi todo con tal de conservar un empleo, una infraestructura que no les cuesta, acceso barato e ilimitado a recursos naturales no renovables, exenciones fiscales por muchos años, tránsito libre de sus capitales y ganancias, secreto bancario pase lo que pase, etc.
Todo esto y más está obligando a hacer propuestas globales desde el lado de los trabajadores, se habla de un “empleo de calidad”, la recuperación de los derechos de los trabajadores que se han perdido en el afán de sostener una economía desigual e insostenible, defender las negociaciones colectivas porque su pérdida ha resultado en condiciones de trabajo cada vez más precarias, además: “incrementar las medidas de protección social existentes, incluso extendiendo el nivel y la duración de las prestaciones por desempleo y apoyando a la juventud por medio de medidas estatales determinadas, y garantizar, globalmente, que exista un piso mínimo de protección social para todos (…) Acordar el establecimiento de salarios mínimos por ley o convenios colectivos, en base a un nivel que garantice un “salario que permita condiciones de vida dignas” (…) Intensificar los esfuerzos para eliminar la brecha salarial de género y garantizar que alcanzar la equidad de género y la eliminación de la discriminación contra la mujer en el empleo sea una prioridad en la agenda política nacional e internacional (…) Los Gobiernos faciliten la transición de la escuela al trabajo mediante la garantía de que los trabajadores y trabajadoras jóvenes tengan la oportunidad de acceder a puestos de trabajo en el contexto de una relación laboral estable (…) Se establezcan incentivos para que los/las jóvenes completen la enseñanza superior o profesional y disponer de recursos para incrementar la capacidad de las instituciones de educación profesional y universitaria a aceptar un número cada vez mayor de estudiantes; Se apliquen medidas para reducir el número fracaso y el abandono escolar prematuro de jóvenes, mediante una mejora de las condiciones de aprendizaje y enseñanza, centrándose de manera particular en la necesidades de los/las jóvenes de sectores sociales desfavorecidos y de origen migrante”. Al menos esas son algunas de las propuestas que se les presentarán a los ministros de Empleo y Trabajo del G-20, que agrupa a las economías más grandes del mundo en su próxima reunión del mes de Junio en Toronto, Canadá, por parte de la International Trade Union Confederation.
En el supuesto de que hubiera algo de sensibilidad política y se aceptaran las principales propuestas, tardarían varios años en surtir el efecto esperado, mientras, los trabajadores serán los encargados de cargar con lo peor de las crisis, “en primer lugar porque son los trabajadores quienes soportan todo el costo de la crisis del empleo, en segundo lugar, como contribuyentes que sostienen la carga de la deuda y, en tercer lugar, como ciudadanos que padecen los efectos de los recortes del sector público impuestos por las medidas de austeridad postcrisis”.
En esas condiciones ¿qué se puede celebrar este primero de mayo?

jueves, 29 de abril de 2010

EL LIBRO Y LA LECTURA

En estos días anteriores cayó una conmemoración que es más importante de lo que parece, el Día Internacional del Libro no festeja nada más ese invento como lo material, como ese amasijo de páginas que gracias a otro invento, la imprenta, se convirtió en popular.
Si recordamos nuestras lecciones escolares, sabremos que antes de los griegos, esa civilización que todavía nos maravilla porque recogió buena parte de la sabiduría de la época sin destruirla, inventó un sistema de signos con los que se podía representar todo y que admitía la creación o combinación de los mismos para nombrar lo que se iba conociendo. El alfabeto, que después, en nuestro caso adoptó otro código muy parecido que conocemos como abecedario, nos permitió, como especie humana, apropiarnos de la realidad, entenderla y transformarla.
Ese código escrito y verbal nos permite entender lo material y frecuentemente superarlo, nuestra convivencia sería imposible sin ese lenguaje que se atesora en las páginas de millones de libros que circulan, se leen y se guardan en todos los lugares posibles e imaginables.
Este día del libro se celebró con conferencias, encuentros académicos de alto nivel y de lectores que son los más importantes, de ferias del libro, de rescate de los mismos antes de que se reconvirtieran en papel sin más valor que su precio por kilo, en la sensibilización de que leer no es una actividad más de la que se puede prescindir. A la lectora y escritora Ángela Pradelli le interesa la manera en que se trata a la lectura y al libro dentro de las aulas, se pregunta si en realidad lo que se dice en los discursos oficiales se concreta en la práctica de diario en las escuelas y el provecho que tiene en los estudiantes. Pradelli parte o más bien llega a un hecho contundente: "Los alumnos que leen y escriben poesía en el aula se acercan al secreto más misterioso de la creación".
Pero vamos por partes y hasta donde el tiempo lo permite. En voz de la misma escritora: “Los profesores, en nuestras clases, tenemos que valorar la vacilación de la lengua como algo sagrado, preservarla en lo insondable de la materia que enseñamos. Escribir una oración breve puede ser una operación compleja y dificilísima. Se ponen en juego no sólo la circulación de las palabras, también los silencios, las jergas, la cadencia, el fraseo. El lenguaje corre allí con su energía creadora. La polisemia de la lengua es casi permanente: es imposible hablar sin matices, es imposible desatender a la vitalidad de ciertas frases y tonos. Los acentos de un poema nos revelan un mundo y nos ocultan otros. La intensidad de una prosa que nos afecta puede perturbarnos (…)
Los alumnos que leen y escriben poesía en el aula se acercan al secreto más misterioso de la creación. Cuando los estudiantes elaboran argumentaciones y construyen relatos hablan también, siempre, de su propia identidad. Vivimos en un mundo que se desborda de señales, que está repleto de mensajes. Cada gesto, cada color, las posturas, incluso los silencios tienen algo para decirnos.” Y sin embargo, un sistema educativo malo como el mexicano, no admite esas consideraciones, los profesores consideramos el uso del habla dentro del aula como desorden, como una falta a la disciplina, como un reto a la autoridad del docente quien es el único que puede hablar. Hace poquitos años escuché a un director de un plantel del Colegio de Bachilleres de nuestro estado decir que a él le gustaba que la escuela estuviera en silencio, que pareciera que no había nadie, que no había clases, él creía que el uso del lenguaje en el aula era simple ruido que había que acallar.
Conozco también el caso de una profesora que para ahorrarse trabajo prefiere reprobar a sus alumnos en lugar de motivarlos para que desentrañen esos misterios que los rodean y que también existen en su riquísima vida interior, que tiene índices de reprobación, en la materia de Literatura, del 50 al 80 por ciento, ni qué decir que esos alumnos terminan por aborrecer la lectura y la literatura en general, ni esperar que aprendan algún día a escribir correctamente. Sus directivos lo saben y no hacen nada por cambiar la situación, prefieren evitarse una bronca a cambio de que generaciones completas de muchachos terminen deformados y sin la posibilidad de encontrarle el gusto a algo que nos sirve, como ninguna otra cosa, para ser mejores seres humanos.
Vamos otra vez con Pradelli: “La riqueza de una clase puede ser ilimitada si valoramos los espacios de los diálogos "interlinguales". La capacidad del lenguaje es tremenda. Por la lengua construimos una mirada personal sobre el universo, nuestra propia humanidad depende de nuestras palabras”. Un poeta, el nicaragüense Ernesto Cardenal nos recuerda que: “En el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre alumnos y profesores -en las bocas, los cuadernos, las pantallas- se construye, sobre todo, una visión del mundo.”
Necesitamos entonces, que nuestro niños y jóvenes sean los protagonistas del aprendizaje dentro y fuera de las aulas, debemos de facilitarles los espacios para que se comuniquen, que hablen, que opinen, que escriban, que compartan con los demás ese mundo que están construyendo, entender que el diálogo no es desorden, que si hay alguna reacción a lo que se ve en el aula puede ser la sorpresa que encuentran en conocer y comprender algo que desconocían, su capacidad de asombro, a pesar del maltrato escolar, todavía existe y puede desarrollarse, sólo así su mundo y el nuestro tendrán sentido. De eso se trata el libro y la lectura.