viernes, 6 de mayo de 2011

LO FUGAZ Y LO PERMANENTE

“Nueve de cada diez niños tienen caries; pero en vez de curarlos se propuso agregar una asignatura más al ya de por sí recargado currículo de las escuelas primarias. Y es que ahora prácticamente cualquier problema que padece la infancia: maltrato, mala alimentación, desnutrición, adolescencia, etcétera, se pretende que sea solucionado a través de una asignatura, quizás para que dentro de 10 o 20 años –cuando los niños sean doctores, abogados, ingenieros, políticos—arreglen lo que nuestros actuales profesionistas, funcionarios, burócratas no pudieron hacer y aventaron la chamba a los profesores”. Alexander Schaunard Las Asignaturas del Rey Midas, en revista Educación 2001, Abril 2011.

A la lista de la cita anterior podemos agregarle otras puntadas, como esa de que hay que implementar la asignatura de educación financiera para que nuestros niños aprendan a ahorrar, como si fuera a ser cierto que a su magro gasto diario para medio desayunar le fuera a sobrar algo para guardar y gastárselo en su ¿vejez? Pero lo que revela ese enfoque es que para todo se quiere que la escuela y los maestros resuelvan lo que los demás no quieren solucionar, porque no les da la gana, por corruptos, por flojos, por indiferentes.

Este texto estaba pensado para comenzar con otra cosa, así que volvamos al redil sin perder el estilo y la opinión ya expresada. Debido a la complejidad en su implementación, a la cobertura internacional, al exhaustivo procesamiento de los datos, se acaban de dar a conocer los resultados de lectura en PISA 2009, recordando que el nombre completo de dicha investigación es: Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, que se realiza cada 3 años y que los temas centrales van cambiando sucesivamente de Lectura en el 2000, Matemáticas en el 2003 y Ciencias en el 2006, para repetir en el 2009 con Lectura, por lo que ya hay material para comparar e intentar algunas conclusiones.

Entre las ventajas de PISA están: la cantidad de países que cubre, en este caso fueron 65, con un total de 475 mil estudiantes de entre 15 años tres meses y 16 años dos meses, independientemente del grado escolar en que estuvieran en ese momento, lo que nos permite vernos con otros sistemas educativos, para saber que tan mal o bien estamos.

Lo primero a comentar es que los 38,250 estudiantes que nos representaron quedaron, en promedio general, en el lugar 48 de los 65 que mencionamos, con una media de 425 puntos, arriba del promedio para América Latina que fue de 408. Además, como esos muchachos estuvieron agrupados por estado, nos podemos enterar que los estudiantes queretanos tuvieron un promedio de 427 en desempeño de Lectura en el año 2000 y que subieron a 432 en el 2009, un avance chiquito, de 5 puntos, al menos no hubo retroceso y están arriba del promedio nacional. Nada más viendo los resultados nacionales están en octavo lugar, detrás del Distrito Federal con 469, Nuevo León 450, Chihuahua y Aguascalientes con 449, México 440, Jalisco 438 y Colima con 436. Si agregamos al resto de los países resulta que se tiene una media por encima de Uruguay, Colombia, Brasil, Argentina, Panamá, Perú y otros más. Dentro del contexto nacional y latinoamericano no estamos tan mal, si agregamos al resto de los países participantes el resultado sigue siendo preocupante.

Regresemos a la opinión de Alexander Schaunard porque con tantos detalles se nos pierde lo importante: “La escuela tiene una misión y me temo que no estamos para abandonar su misión principal que es hacer que los niños aprendan a leer y escribir, que será el único medio de usar el cerebro contra ese adminículo del diablo (se refiere a la computadora) tan seductor, que nos dice «no pienses» ya todo está hecho para que disfrutes, ni siquiera tienes que guardarlo en la memoria (porque la computadora tiene más de la que necesitas). Todo es fugaz”.

PISA nos señala el reto, todavía el 38.1 por ciento de los queretanos que rondan los 15 años están en el mínimo de capacidad lectora, se esperaría que ya pudieran “comprender, emplear, reflexionar e interesarse en textos escritos con el fin de lograr metas, desarrollar conocimientos y participar en la sociedad”, pero no lo logran, el 54.8 están en un nivel intermedio y apenas el 7.1 logra un nivel alto de desempeño lector. A trabajar, a usar el cerebro, a leer y escribir porque eso desarrolla el pensamiento, el criterio, forma los valores, nos vuelve actores y no forzados espectadores.

POR LA PAZ

Desde hace rato pareciera que las cosas han llegado a su límite, que este país necesita cambios hacia adelante, porque como dijera el clásico “la reversa también es un cambio” y ese es el problema. Las pretendidas reformas legales están llenas de cambios hacia atrás, a recuperar privilegios alguna vez perdidos, aunque sea momentáneamente.

Curioso que a pesar de que necesitemos esos cambios les tengamos miedo, pero es que la violencia extrema provoca parálisis, provoca creer que no hay más camino que el señalado aunque haya otros ya probados. Nadie le está pidiendo al gobierno que deje de pelear contra la delincuencia organizada, sí se le está pidiendo que cambie la estrategia, que la lucha armada sea uno de los recursos y no el único, que el uso legítimo de la violencia no sea el centro de su quehacer cotidiano porque traslada las batallas a espacios públicos como las calles y avenidas, como las plazas y centros comerciales, como las escuelas y las viviendas, y entonces las víctimas podemos ser cualquiera, como ha estado sucediendo de unos años a la fecha.

Estos días son importantes porque puede cristalizar un movimiento social que agrupe todos esos sufrimientos, todas esas frustraciones, todos esos mal llamados “daños colaterales” que reflejan el desgarrado tejido social que padecemos. Esa marcha que salió el día de ayer de Morelos para llegar el domingo al Zócalo de nuestro país puede lograr que los ciudadanos, que no somos delincuentes, podamos ser considerados como interlocutores válidos, que podamos exigir una estrategia más efectiva y menos costosa, que no sacrifique la seguridad, que no incremente la violencia, que no requiera de más muertos.

Hace apenas 3 días, el filósofo Fernando Savater en una conferencia titulada Legalidad y Ciudadanía, celebrada en la ciudad de Puebla, afirmaba lo que la experiencia internacional ha comprobado y que en nuestro caso puede resumirse en que “La impunidad corrompe más a México que la problemática de la inseguridad […]que el dilema no es la integración de nuevas leyes sino lograr que las existentes castiguen en su justa dimensión a quienes cometen delitos, es decir, no tolerar bajo ninguna circunstancia la impunidad.” Podemos agregar que la solución no es incrementar la penalidad para los delitos más frecuentes o graves, sino que los que los cometen en realidad sean castigados, que no se libren por la corrupción, que no se burlen de todos por la impunidad que da el poder político, económico o religioso. Lo peor del caso es que la lucha contra la impunidad debe darse de arriba hacia abajo, y los que están arriba prefieren que las víctimas seamos los que estamos abajo, por eso la negativa a cambiar la forma de enfrentar a la delincuencia.

Nadie está pidiendo una rendición, tampoco se puede pactar con delincuentes, a estos hay que imponerles la fuerza de la ley, la fortaleza de un estado con un tejido social sano, con ciudadanos que no teman ejercer todas sus potencialidades, hacer uso de su libertad; por eso la libertad y la democracia están estrechamente relacionadas, y por eso, en un ambiente de violencia, de inseguridad, de impunidad, la democracia no puede desarrollarse y aparece la tentación de las cláusulas de gobernabilidad, los cambios hacia atrás como falsa respuesta a la falta de acuerdos.

Eso es lo que está en juego, esta vez en una marcha que resume la insatisfacción y el rechazo a una estrategia inadecuada, el 8 de mayo por la tarde, en el corazón del país, en los corazones que son las plazas públicas principales de los estados y quizás de algunos municipios, las verdaderas víctimas recuperarán su voz y dirán “ya basta”.