sábado, 25 de junio de 2011

CONTRA LA DESMEMORIA

La opacidad se disfraza de transparencia. En lugar de que los sucesos importantes se entiendan se vuelven un galimatías insoportable, quizás el problema sea que todo nos lo creemos, o que estamos tan saturados que no queremos saber más.

Un caso reciente. La prensa nos informa que se encuentra un laboratorio especializado en producir “metanfetaminas o cristal” en un predio cercano a la autopista México-Querétaro, específicamente en el municipio de El Marqués. Hasta aquí vamos bien, la localización pudo ser confirmada por los reporteros que fueron trasladados al sitio por las propias autoridades, aunque permanecieron expectantes fuera del mismo porque era peligroso entrar. Así que los siguientes datos dependieron de lo que dijeran las diferentes autoridades. Por ejemplo, con todo y que las instalaciones eran más que amplias porque el laboratorio se encontraba “asentado en una superficie de 4 mil 500 metros cuadrados” y que en su interior “se localizaron mil 462 tambos de 200 de litros conteniendo diversas sustancias químicas para el procesamiento de drogas sintéticas”, que: “Para lograr esta producción era menester que hubiera entre 30 y 40 trabajadores, incluyéndose ingenieros, \"cocineros\", \"aguadores\", entre otros”, apenas “se producía(n) alrededor de 150 kilogramos de droga cada 6 días”. Y los datos no cuadran, pareciera que una serie de televisión estadunidense como Breaking Bad maneja datos más reales sobre el tema. Pero olvidemos completamente la teleserie, nuestras autoridades son mejores para inventar tramas y enredar lo que debiera ser claro.

Sigamos. Según la nota publicada por El Universal el 20 de Junio “El hallazgo se logró gracias a una denuncia ciudadana”, así que nada de operativos, ni inteligencia, ni nada, puro chiripazo, pero lo interesante, para este texto, es lo que se informa después: “La PGR reportó que en el referido lugar se encontraron 3 mil 103 kilos 700 gramos de metanfetamina” que a razón de 150 kilos por cada seis días significa que se producían 25 kilos diarios, así que para tener almacenada la cantidad encontrada se trabajó durante poquito más de 124 días continuos, las 24 horas, sin descansos, o sea, la producción de más de 4 meses estaba guardada en ese lugar, lo que resulta imposible de creer, dado que parte importante de su producción es su rápida distribución, guardada no sirve para nada, el negocio no funciona así. Alguien miente o no se sabe explicar, o lo peor, a nadie se le ocurrió preguntar y nos quedamos, todos, conformes con lo que nos dijeron.

Querer indagar a qué organización pertenecía, si estaba el negocio dado de alta en Hacienda, si se pagaban impuestos, si tenían cuentas bancarias a nombre de la razón social exhibida, si rentaban o quienes son propietarios del terreno, si sus trabajadores sabían lo que producían y estaban registrados en el IMSS, o consultar a un Químico que calculara que tanta metanfetamina se puede producir con lo allí encontrado, si se surtían con empresas legales y demás detalles, pareciera ocioso. Siempre vamos a depender de lo que nos digan y quieran decir: “De conformidad con las indagatorias de la PGR, este narco-laboratorio tenía aproximadamente un año de operaciones”.

Pero el caso anterior es apenas uno de los miles que suceden a diario y que hacen que nos acostumbremos a la impunidad, lo peor es cuando hay afectaciones inmediatas a personas, a sus familias, a ese tejido social que somos todos, esas más de 40 mil víctimas que no pueden seguir siendo un número que cada día crece, que hay que luchar porque tengan nombres, que se conozca cómo eran, que se sepa que las extrañamos, todos. “Nosotros venimos haciendo estas pancartas desde años atrás; no son fichas técnicas con datos básicos, sino que incluimos una lista con la música que le gustaba a cada una de nuestras hijas, su comida favorita, sus sueños, su descripción de forma tierna, quisimos quitarle la violencia a nuestras pancartas y enseñar lo mejor de nuestras hijas”, así lo expresa José Rayas, cofundador de la ONG Justicia para Nuestras Hijas. “Desapareció el domingo 16 de marzo de 2003, a las 5:30 de la tarde; Viviana tenía 16 años, estudiaba en el Colegio Bachilleres de Chihuahua, ese día fue al Parque Lerdo para hacer la tarea, sus amigas de la escuela la acompañaron a buscar el autobús de regreso a casa. El cuerpo de mi hija fue encontrado tres meses después, en una carretera al sur de Chihuahua. El caso de mi hija no se ha aclarado, llevo 8 años exigiendo Justicia y nada, el expediente está en blanco, inculparon a dos jóvenes –que confesaron bajo tortura el secuestro y asesinato-, pero los dejaron en libertad ante la falta de pruebas y la tortura cometida por la policía.”