viernes, 28 de septiembre de 2012

DECISIONES CORRECTAS

“La deliberación exige responder a razones, y no sólo a intereses. Por eso, se apoya en las libertades fundamentales de pensamiento y expresión, pero también las apuntala. En un régimen democrático de calidad, nadie es, a priori, dueño de la verdad, y se establecen procedimientos que garantizan a todas las posiciones la posibilidad de participar en el debate.” Fernando Castaños Zuno del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Buena razón nos da el investigador universitario para aquilatar la importancia de la instalación formal de la LVII Legislatura del Estado y del relevo en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, ambos órganos, uno del poder legislativo y el otro del judicial, son colegiados y por tanto deben ser netamente deliberativos. No está de más recordar que el ejecutivo se deposita en una sola persona, el gobernador en este caso, mismo que deberá llevar a cabo, de la forma más puntual deseable, las decisiones tomadas en colectivo por los otros dos poderes Pero a nuestro sistema político lo ahoga el protagonismo, basta revisar las primeras planas de cualquier medio de comunicación impreso para darse una idea de quién las acapara. Nada más fácil que cubrir una nota que se refiera a la construcción de algo, a la invención de un nuevo programa, a la aplicación de otros tantos, pero no existe la cobertura suficiente para seguir al detalle los procesos de discusión que llevan a la toma de decisiones, a menos que se trate de ridiculizar a alguien, o bien ocurra cualquier cosa que parezca un escándalo. Si tuviéramos el detalle de las discusiones, si viéramos aflorar los intereses y las razones, sabríamos con cierta certeza para quién trabaja cada quién, qué representa cada fuerza política que forma parte de la legislatura, si en realidad nos representan o solo se hacen guajes, hasta dónde cuidan las razones los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, porque Fernando Castaños lo tiene muy claro: “Para que en nuestro país ─la democracia─ se consolide y llegue a ser de calidad, es necesario que la deliberación entre actores políticos, y entre éstos y la ciudadanía, adquiera un lugar central. Es la mejor compañera del respeto a la pluralidad de posturas y de la toma de decisiones en órganos colegiados representativos, y son imprescindibles en un sistema democrático como el que aspiramos a tener los mexicanos, y se impulsan entre sí”. Ya se complicó el asunto, la democracia, desde esta perspectiva, no solo requiere de conocer la discusión, crítica, propuesta y negociación con base en razones, dentro de los órganos colegiados, sino que estos establezcan mecanismos plurales y transparentes para deliberar con la ciudadanía, para conocer sus puntos de vista, para considerarlos al momento de tomar una decisión que afectará, para bien o para mal, a todos o a los grupos más sensibles o más vulnerados. La práctica de esta característica democrática la ilustra muy bien la legisladora islandesa Birgitta Jónsdóttir (entrevista de Klaudia Álvarez / Barcelona Lunes 24 de septiembre de 2012. Diágonal Número 181) cuando recuerda la discusión respecto de la propuesta de su presidente de asumir las deudas privadas como públicas, vamos, sería la versión islandesa de nuestro FOBAPROA-IPAB: “Nosotros, el pueblo, descubrimos una manera de detener esto. La responsabilidad y el rol del presidente de Islandia es firmar las leyes, pero es el Parlamento quien las aprueba. Él dijo hace unos años que si existía una brecha entre la nación y el Parlamento, se negaría a firmar esa ley y daría a la nación la oportunidad de votarla. Todos lo recordamos diciendo eso, así que reunimos 70.000 firmas (un número enorme, teniendo en cuenta que hay 310.000 habitantes en nuestro país). De esta manera se vio obligado a convocar un referéndum nacional. Después el Gobierno intentó de nuevo firmar un contrato inconstitucional con los británicos y los alemanes, y nosotros lo rechazamos otra vez. Estas dos consultas nacionales fueron muy importantes para formar a las personas en la corresponsabilidad compartida.” Pero la legisladora también hace una advertencia, “Recuperar nuestra democracia es un proceso que no va a pasar en un año, o en cuatro años, es a largo plazo. A ellos les costó mucho tiempo quitárnosla y nos costará tiempo recuperarla.” Entonces, va quedando claro que por muy representativas que crean ser nuestras democracias, necesitan refrescarse y legitimarse, estableciendo formas diferentes de discusión y negociación para llegar a acuerdos, eso de quitarse de encima los intereses propios o ajenos a conveniencia no es nada fácil, es más, nuestros poderes constitucionales siempre serán los primeros en rechazar esas ideas argumentando la falta de tiempo, el presunto desorden de consultarlo todo, su disque alto nivel de representatividad, pero no hay de otra si se quiere evitar el abismo que separa a la clase política del resto de los ciudadanos y que finalmente puede llevar a estallidos sociales. Pero no todo puede quedar a la buena voluntad, si es que la hay, de legisladores, jueces y gobernadores o presidentes, la ciudadanía debe hacer su trabajo para lograr lo que por simple simpatía no se le dará, incluso establecer canales de comunicación, los que sean necesarios, para volcar esa diversidad e identificar posiciones que puedan ser comunes, sin caer en la trampa del consenso, otra vez la experiencia de Birgitta Jónsdóttir: “convencer a la gente para crear una red de medios de comunicación on line basada en el periodismo ciudadano, porque los mass media nunca cubrirían la perspectiva de los activistas.”