jueves, 5 de septiembre de 2013

MAGAZINE Y EL CONTEXTO MEXICANO

Hacer periodismo en Querétaro no es fácil, me consta. Por lo que cumplir 15 años aguantando los vaivenes económicos y políticos tiene su mérito. No solo hay que hacerla de equilibrista con los anunciantes y patrocinadores, también hay que cuidar la excesiva sensibilidad de una clase política que personaliza el análisis de los asuntos públicos, que no sabe utilizar la crítica para mejorar y que prefiere, en muchos casos, vivir como los erizos de mar, agrupados pero sin tocarse, listos para hacer daño si alguien se les acerca. Por eso hay que celebrar los 15 años de Magazine con la dirección de Andrés Estévez, el formato de semanario ha permitido traspasar las simples coyunturas y mirar los acontecimientos importantes con mayor profundidad, escapando de las tentaciones de las opiniones fáciles o a bote pronto. Al lector le da la oportunidad de darse cuenta que detrás de cualquier noticia pueden coexistir múltiples interpretaciones, que le toca ejercer su criterio y libertad para jerarquizarlas y elegir la que su inteligencia le dicte. No es alguien pasivo, se requiere de su conocimiento, esfuerzo y curiosidad. Esta celebración coincide con acontecimientos políticos turbulentos, tanto, que el presidente de la república tuvo que leer su mensaje con motivo del primer informe de gobierno desde su residencia temporal, en una carpa instalada en un jardín preparada como set televisivo. No en Palacio Nacional, tampoco en el congreso, no frente a los diputados y senadores, apenas ante unos supuestos e ideales ciudadanos instalados, si acaso, en la lejanía de sus televisores y sin posibilidad de réplica. Es cierto que había que romper con el pasmo legislativo, con la ausencia de cambios, con la anomia gubernamental. Por eso la ventaja con que comenzó un sexenio que pareció preferir el dinamismo creando una primera estructura para llegar a acuerdos. El llamado Pacto por México puso en la mira algunas reformas estructurales que valía la pena trabajar, pero la urgencia por legitimarse ha llevado a sus integrantes ─la presidencia y las cúpulas de los 3 principales partidos políticos─, a suplantar y pasar por encima de las instituciones legales y procedimientos democráticos para presumir su eficacia. Es una vergüenza ver, en vivo y en directo, cómo nuestros supuestos representantes populares dejan pasar cambios constitucionales a modo de los poderosos de este país y del extranjero, sin siquiera haberlas leído, analizado, discutido y asegurando que se salvaguardara el interés de las mayorías empobrecidas de este país. Por ejemplo, escribir este texto llevó el doble de tiempo que les tomó a los senadores discutir la ley general del servicio profesional docente. Más de un millón de profesores de educación básica y media superior, vieron afectados sus derechos laborales en apenas 25 minutos de “trabajo legislativo” en el Senado; para no referirnos al papel lamentable de más de 400 diputados federales que aprobaron lo mismo con un supuesto dictamen que ni conocían. Nos vendieron la reforma laboral general con la promesa de miles de empleos instantáneos, porque la pérdida de derechos de los trabajadores facilitaría, haría más barata y rápida, la creación de empleos; en la cruda realidad produjo lo contrario, se abarataron los despidos. Estamos ya en plena recesión económica en muchos sectores productivos, pero nuestros políticos pactistas nos quieren hacer creer que es, apenas, un bache mundial, huyendo de toda responsabilidad por obstinarse con un modelo neoliberal depredador e insostenible. ¿Qué tiene que ver lo laboral, lo educativo, lo energético, los fiscal y hacendario con el neoliberalismo? “El neoliberalismo no es un simple modelo de desarrollo sino una ideología, que tiene como objetivo modificar los patrones de pensamiento, la manera de percibir los problemas y el afán por polarizar el mundo social entre los que están a favor del progreso y los que se le oponen. El neoliberalismo es, por lo tanto, conjunto de ideas que promueve intereses específicos y sataniza todo lo que no comulgue con ella. Es así como su poder no sólo se manifiesta en la manipulación de las políticas públicas o los principios educativos sino que aspira a influir en el tejido cultural de las sociedades contemporáneas, como una plataforma desde la cual puedan ser invadidos todos los campos del conocimiento humano y poder así tener un mayor control social y poder imponerse sin necesidad del uso de la fuerza bruta” (Rafael de la Garza Talavera. http://lavoznet.blogspot.mx/2013/08/la-reforma-laboral-de-la-educacion-y-el.html). Curioso que las reformas no toquen temas como el combate real a la corrupción, que se tolere la impunidad como si no existiera y beneficiara a algunos a costa de todos los demás, que la transparencia en el uso de los recursos públicos quede mocha y a discrecionalidad del ejecutivo, nada real que acote el aplastante poder manipulador del duopolio informativo, tampoco existen avances para ampliar nuestra deforme democracia, hasta la posibilidad de candidaturas independientes o ciudadanas es una simulación en muchos estados, como en el nuestro. Este es parte del contexto mexicano actual, que convierte en excepción la existencia y permanencia de medios informativos como el que tienes en tus manos, quizás no sea el ideal, pero se hace lo que se puede, y hasta más.