viernes, 29 de agosto de 2014

HAY NIVELES

Hay niveles de ocupación y preocupación, y generalmente no están alineados o guardan congruencia unos con otros. Por ejemplo, podemos estar preocupados ahora por saber cómo incrementar nuestro nivel de consumo para “ser más felices”, como dice la publicidad de todo tipo, y estar, al mismo tiempo, preocupados por la destrucción, al parecer irremediable, del planeta. Aunque aparentemos no encontrar ninguna relación entre una cosa y otra, sabemos que sí la tienen y que estamos contribuyendo a lo que parece inevitable. “Con la persistente destrucción de ecosistemas naturales, la conversión de selvas y bosques en zonas ganaderas, agrícolas y urbanas, la consecuente deforestación y cacería de múltiples especies animales, el ser humano es responsable de la sexta extinción masiva del planeta, causante de la desaparición de 322 especies de vertebrados terrestres en los últimos 500 años y del declive de hasta 45 por ciento de las poblaciones de invertebrados, revela un grupo internacional de ecólogos en un artículo publicado en la revista Science.” Boletín UNAM-DGCS-488 24 de agosto de 2014. Los datos pueden no llamar mucho la atención, total, dicen los neoliberales, no sería la primera vez en la historia que una especie se come o destruye a las demás, por eso hace 2 mil años alguien dio la orden de “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Manden a los peces del mar, a las aves del cielo y a cuanto animal viva en la tierra. Dijo Dios: Yo les entrego para que ustedes se alimenten, toda clase de hierbas, de semilla y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves de los cielos y a cuanto ser viviente se mueve en la tierra, les doy para que coman pasto verde”. Génesis, Capítulo 1, en una de las muchas versiones de la Biblia. Pero, como se comienza a reconocer que así como vamos el mandato tiene muchos asegunes y fecha de caducidad. Nada más que esta última estaría marcada por el fin de la especie humana en este planeta. Para colmo, semejante estupidez y soberbia no garantizan una vida eterna y aburridamente feliz. El estudio internacional que menciona la UNAM le da contexto a nuestra voracidad irresponsable: “Los vertebrados que se han extinguido en el último siglo deberían haberlo hecho en periodos de dos mil a ocho mil años, según lo ocurrido en otros tiempos geológicos, indicó Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM y coautor del estudio “Defaunación en el Antropoceno”, cuyo primer autor es el mexicano Rodolfo Dirzo, egresado de esta casa de estudios, ex investigador del IE y profesor del Departamento de Biología de la Universidad de Stanford, Estados Unidos”. Y aun así insistimos en pensar que es un avance el autorizar la destrucción de lo poco que nos va quedando, creyendo que los beneficios, a corto plazo, se repartirán de forma equitativa. Pero la historia y la experiencia también cuentan y hay niveles más cercanos que podemos entender más fácilmente, no lo dice la izquierda trasnochada o la moderna adicta a los moches, es una organización que presume de internacional y objetiva Pew Research, que acaba de publicar el martes 26 de agosto los resultados de su encuesta, que parece coincidir con otras de medios de comunicación nacionales: Según el sondeo realizado entre abril y mayo, seis de cada diez mexicanos desaprueban el manejo del Presidente en la economía ―lo que representa un aumento de 14 puntos respecto al año pasado―, mientras que solo 37 por ciento le dan el visto bueno. […] Un 57 por ciento rechaza la apertura de la estatal petrolera Pemex y solo 34 por ciento lo apoya. […] La imagen general de Peña Nieto también se resintió y ahora los mexicanos están divididos frente a su presidente: su popularidad bajó del 57 por ciento al 51 por ciento, mientras que sus detractores subieron del 38 por ciento al 47 por ciento, respecto a una encuesta de 2013. Peña Nieto "ha sido aclamado internacionalmente por sus ambiciosas reformas (...) pero el sondeo encuentra que internamente su imagen positiva se tambalea". Información de la Agencia de noticias AFP publicada en la versión en línea del diario La Jornada. Aun así hay esfuerzos por detener y revertir los daños que le hemos causado a la naturaleza y a nosotros mismos. Los cambios radicales en los paradigmas científicos y educativos apuntan en esa dirección, pero romperlos y construir otros más amigables no será fácil. La diversidad de propuestas hará imposible imponer un solo modelo, como se pretende en algunos países, más bien habría que transitar por la vía de reconocerlos, que hablen por sus resultados, por su posibilidad de construir mejores seres humanos, con sus sentimientos y emociones, no las máquinas frías de la objetividad inalcanzable e indeseable. Por eso preocupa que se califique a alguien con exámenes estandarizados, como si con ellos pudiéramos saber lo que alguien tiene en el cerebro y el corazón. Un buen profesor toma miles de micro decisiones diarias frente a sus grupos, que nunca son iguales entre sí y dentro de sí, y las está adecuando y reflexionando para ajustar los efectos en el aprendizaje. Nada más alejado de la simple administración de un plan de estudios. Calificar a alguien de “no idóneo”, con base en exámenes escritos, puede que sea hasta agresivo, más cuando lo que importa es el cambio radical de enfoque pedagógico y de contenidos, no más escuelas “frías” donde los sentimientos y emociones se dejan fuera de los uniformes o de sus cercas diseñadas para no dejar entrar a la realidad, no para disuadir a los rateros. Otro nivel más cercano, de repente nos amanecimos con la noticia de que la Constitución queretana es, otra vez, anticonstitucional; porque vulnera los derechos de las personas, su libertad para elegir con quien quieren compartir sus afectos, derechos y posesiones. Pero las notas periodísticas estuvieron saturadas de mala leche, de un quedar bien con las conciencias mochas, esas a las que les falta un buen pedazo de tolerancia y humanidad. ¿A quién le puede molestar que dos personas, en uso de su libertad y preferencia, puedan convivir pacífica y, esperamos, amorosamente y que lo manifiesten ante la ley? Pues a muchos por lo que se ve.