viernes, 7 de noviembre de 2014

EL TELAR Y LA VIOLENCIA

Las reacciones han sido torpes, tardías, indignas. Se hacen intentos por convertir a las víctimas en merecedoras de su propia desgracia. Si la estrategia no funciona se prueba otra y otra, si la ciudadanía no se traga los cuentos esparcidos por medios de comunicación irresponsables y convenencieros entonces hay que distraer con detalles, aunque sean macabros. Al momento de escribir este texto se tiene detenidos a los delincuentes que mal gobernaban Iguala, nada de “pareja imperial”, término chusco inventado por alguien para desviar la atención, esos dos sujetos no eran los jefes de nada, eran los sirvientes de muchos que ahora esconden la cara, como siempre lo han hecho. No se puede fingir ignorancia, es todo un modus operandi que ha funcionado por décadas y que en momentos se descontrola, hasta que se logra otro equilibrio aparente, porque el negocio es despiadado, las ganancias no conocen la solidaridad y los socios rápidamente devienen en enemigos a muerte, literal. ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos al narcotráfico para enmascarar el resto de las actividades delincuenciales firmemente ancladas en nuestro sistema político, económico y religioso? «Excusamos la inoperancia de las instituciones del Estado diciendo que todo es producto del narcotráfico, pero no creas que todo lo que sucede en tu país es producto del narcotráfico; en tu país hay secuestros que no tienen nada que ver con el narcotráfico, hay extorsión, hay delincuencia organizada, hay criminalidad en todos los niveles y en todos los estamentos que se suponen deben combatirlos. Pero todas esas turbulencias que suceden se las achacamos a los narcotraficantes para justificar la inoperancia de las fuerzas que se suponen deben combatirlos… Si no existiera en tu país el narcotráfico, te aseguro que los índices de violencia continuarían porque la corrupción es infinita en todos los estamentos; o sea que el señor narcotraficante en verdad tiene el propósito de enviar droga de un país a otro y venderla. Lo que pasa es que ahí han venido ramificaciones de ochenta mil hojas y toda la criminalidad que sucede en tu país no viene directamente ligada al narcotráfico; también hay ochenta mil cosas distintas a eso.» Así habla el reconocido narcotraficante colombiano Andrés López López, autor del libro El cártel de los sapos, con Rafael Molina, prologuista del libro titulado Las Jefas del Narco, desde Miami. Es cierto, mucha de nuestra delincuencia organizada y no tanto no tiene nada que ver con el narco; sí tiene que ver con un Estado en descomposición avanzada, donde, comenzando por sus autoridades de todo tipo, toman las actividades violentas e ilegítimas, como parte de su patente de corso, para enriquecerse como se les dé la gana. Por eso existe un pacto de impunidad no declarado pero firmemente acatado, hasta que una parte exagera y la sociedad responde poniendo en peligro el negocio de todos, entonces fingen que las instituciones funcionan, que los buenos son los buenos y los otros son los malos, y se convierte en una batalla moral. Pero lo que estamos padeciendo es la delincuencia cotidiana, que no por ello deja de ser ferozmente violenta. No, las cosas no empiezan y terminan con los Abarca en Iguala, tienen décadas y nuestra clase política no podría sobrevivir sin ejercer cuanto abuso se le ocurra y pueda cometer usando las fuerzas del mismo Estado, esas que se suponen tienen su razón de ser en proteger a la sociedad. Por eso hay que insistir: lo del 68, lo del 71, lo de las muertas de Ciudad Juárez, lo de Acteal, lo de Aguas Blancas, lo de San Fernando, lo de Iguala, el desmantelamiento paulatino y tenaz del Estado de Bienestar mexicano, el embate contra los trabajadores, contra los maestros, contra los estudiantes que sólo pueden acceder a la educación pública, la impunidad cotidiana que recorre todo el territorio nacional desde principios del siglo veinte para acá sirven al mismo objetivo, perpetuar los intereses de una clase política y económica que se beneficia de ello. Creí que había perdido la fuente, pero la memoria ayuda, es Manuel Gil Antón y su columna en El Universal titulada “La marcha y el telar” del 25 de octubre de este año «Desde hace tiempo se ha dado en llamar “reparación del tejido social” a lo que necesitamos […] La bronca es el telar. Ya sea en su forma artesanal o industrial, para formar en tejido se requiere de un soporte de madera o metal, resistente, en el que se colocan, en paralelo, hilos verticales que forman la urdimbre y que han de estar tensos, firmes […] Si el telar está podrido y se rompe, no se puede conseguir la prenda, Imagine que las cuerdas del mecapal de la tejedora, con que jala y detiene los hilos para entrecruzar los otros, quiebra la madera: todo se afloja y se pierde lo avanzado: que el tensor con que se juntan las vueltas también se ha apolillado y se troza en sus manos. No hay nada qué hacer […] Las instituciones son, en el caso de la acción política organizada, lo que el telar a la tela. Y las nuestras están apolilladas, llenas de bichos que la horadan y debilitan.» Cierto, el telar no sirve, no se puede tejer nada en él porque terminará por romperse, por deshilarse otra vez; trabajo y tiempo perdidos que ya no se pueden desperdiciar. Hay que romper con la impunidad, con la legalidad “a la medida” de los corruptos, esa que mete a la cárcel al que roba por hambre mientras permite el disfrute de las ganancias ilegales multimillonarias. Eso no es justicia. Tienen razón los estudiantes del IPN al rechazar que sus escuelas queden integradas al PROFORDEMS y al CERTIDEMS, esos inventos maquiavélicos que buscan orientar la educación pública para crear mano de obra barata y sin prestaciones sociales para beneficio de los grandes capitales; en lugar de construir un proyecto de nación incluyente y equitativo. Tienen razón los que exigen la presentación, con vida, de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, porque vivos se los llevaron.

domingo, 2 de noviembre de 2014

LA FIESTA DEL UNO POR CIENTO

¿Cómo leer la XII Cumbre de Negocios celebrada en Querétaro? Una forma es como lo indica el título de este texto, ese uno por ciento más rico del país o del planeta ―no cambia gran cosa el porcentaje―, necesita verse y reconocerse, aunque cuenten con los más modernos medios de comunicación a su alcance y sus canales privados para intercambiar datos y ponerse de acuerdo para defender sus particulares intereses, necesitan también la parafernalia suficiente para convencernos de que lo que piensan y hacen es por el bien de todos, aunque la terca realidad señale otra cosa. El espacio no perdona y exige que nos centremos en un tema, será el educativo aprovechando que el lord Tony Blair vino a darnos cátedra sobre el asunto, la nota es de Carmen Luna para CNN Expansión del 26 de octubre de 2014 «"La reforma educativa es probablemente la más importante en el largo plazo", comentó Blair en su participación en la 12a México Cumbre de Negocios que se celebra en Querétaro. Blair recordó que como primer ministro de Reino Unido, la reforma de educación fue la más difí¬cil de implementar, no obstante recalcó la importancia que esta da, pues es un elemento que realmente crea prosperidad en el futuro y brinda justicia social, ya que justamente la población más pobre y con menos educación es la que tiene mayores probabilidades de ser ví¬ctima del crimen.» Otros medios especializados en finanzas también siguieron la nota «Considerar a la educación como un imperativo para crear una fuerza de trabajo competente. “México no se puede dar el lujo de no contar con un sistema educativo que ofrezca oportunidades vastas y suficientes para las generaciones por venir”». http://www.elfinanciero.com.mx/economia/consejos-de-tony-blair-para-mexico.html Pero ¿qué tipo de educación es de la que habla lord Blair y conviene al uno por ciento más rico? Aquí es donde el consenso se rompe. La reforma educativa mexicana no existe como tal, lo que hay es una precarización laboral y una denostación interesada a la labor docente sin tocar las absurdas decisiones tomadas desde las autoridades federales y estatales. Sí hay intentos por imponer una educación para crear y capacitar mano de obra barata, dócil y adecuada al desarrollo maquilador en que estamos metidos, tan es así que la principal universidad pública del país, la UNAM, no le ha querido entrar a los amagos reformistas impulsados desde las subsecretarías de educación media y superior, y ahora, hasta los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional están manifestándose en contra de las mismas. Desde organismos internacionales se han desenmascarado esas reformas que sólo convienen a los más ricos, por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que depende de las Naciones Unidas (ONU), en voz de una mexicana sostiene « Contra el extraccionismo que caracteriza el reciente crecimiento rápido de varias economías de Sudamérica, subrayó la importancia de la industrialización (insertar nuestra economías en las cadenas de valor internacional) para eliminar la vulnerabilidad externa que genera la dependencia de la exportación de minerales, petróleo y productos agrícolas. Pero fue mucho más allá de lo económico al señalar que se requiere fortalecer la sociedad y que los cambios estructurales se hagan con consentimiento previo de ésta. Nada sobre nosotros; nada sin nosotros, señaló. Hizo notar que la baja de la pobreza en AL llegó a una meseta y que, para ir más allá, se requiere una nueva política social que se centre en el empleo con derechos. El enfoque de derechos debe ser el centro de las políticas públicas. Aclaró que éste va más allá de la equidad pues supone una igualdad plena. La igualdad de derechos (que incluye la igualdad territorial) promueve dignidad, autonomía y sentido de pertenencia. También llamó a adoptar nuevas visiones y dejar de importar conceptos en América Latina. Es decir, llamo a la soberanía intelectual de la región. El lunes 29 de septiembre, en la División de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, presentó el documento Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, que el organismo presentó a los gobiernos de América Latina (AL) en Lima en mayo de este año […] el pacto por México no fue un pacto por la igualdad, contraponiéndolo al tercer documento de la CEPAL, que justamente propone pactos por la igualdad; también señaló, refiriéndose a toda AL, que la ciudadanía debe ser el sujeto de los pactos y no su objeto; México es el único país de América Latina que no ha aumentado el salario mínimo; en México, comentó, estamos atrapados en la maquila.» Julio Boltvinik http://www.jornada.unam.mx/2014/10/03/opinion/030o1eco Queda claro que nuestros gobernantes ni se dieron por enterados de esa propuesta, aunque se podría decir que llegó cuando estaba avanzado el proceso reformista local esa sería una verdad a medias, puesto que los documentos anteriores, que dan origen a este, ya tienen rato: La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (presentado en Brasilia en 2010), y Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo (presentado en San Salvador en 2012). ¿Cuál es la envoltura con que justifican “su” reforma educativa? Manuel Pérez Rocha lo explica pero tratemos de resumirlo «De acuerdo con esta teoría del capital humano, entre más inversión se haya hecho en estos rubros, más capital se habrá incorporado a la persona del trabajador y más valor incorporará éste en la producción (no él, sino su capital); para esos economistas esto explica el intrigante residuo y justifica tanto el salario como el pago mayor a quienes llevan consigo más capital. De esta manera pretenden explicar (y justificar) muchas situaciones, entre ellas las diferencias de ingreso de las personas. Y como para esa visión simplista educación es igual a escuela, su teoría plantea que el capital humano es proporcional a los años de escolaridad y que la correlación observada entre años de escolaridad e ingresos es imagen fiel de la relación causal entre ambas variables. El trabajador queda degradado, pues, a la condición de depósito o vehículo de un capital, lo cual, para los teóricos de esa corriente, lo convierte en capitalista. » La Jornada 12/06/2014. Hay otras propuestas educativas que atienden a nuestro contexto cultural y a afanes propios en cuanto a modelos de crecimiento incluyente, no nada más para ese uno por ciento que no tiene límites en su ambición.