sábado, 28 de noviembre de 2015

EDUCACIÓN SITIADA

El problema no es la CNTE de Michoacán, ni la de Chiapas, ni la de Oaxaca, el problema es una reforma laboral disfrazada de educativa que ha tensado las relaciones entre los maestros que sí trabajan frente a grupo, en el aula, con el gobierno y una estructura político administrativa que sólo pretende controlar lo que permitió se saliera de control, a costa de los derechos laborales de miles de docentes. Cuando los auditores han entrado a las nóminas de los institutos estatales de educación sí han encontrado cientos o miles de “aviadores”, esos personajes que cobran sin trabajar, pero con la “sorpresa” de que no son profesores en activo, sino que pertenecen a las estructuras clientelares de los partidos políticos, munícipes en funciones o exediles, exdiputados locales y federales, delegados de las diferentes instancias de gobierno o simples parientes directos o compadres de algún líder o cacique. Por supuesto que el control de la nómina otorga un poder fuera de los controles legales, pero eso se solapó por décadas y no es responsabilidad de todos los maestros que ni siquiera tenían acceso a los privilegios de unos cuantos. Mejor vamos a citar a los conocedores del tema para no bordar en el vacío «Especialistas en investigación educativa arremetieron en contra de la reforma educativa al considerar que carece de sustento y tiene carácter punitivo. En un resolutivo del Congreso Nacional de Investigación Educativa, celebrado recientemente en Chihuahua, los expertos aseguraron que los cambios constitucionales en la materia se realizaron sin la participación ni la consulta debida a los maestros. “La reforma se ha fincado en la estigmatización del magisterio. Con ello, no solo se perdió al actor principal del cambio en los procesos educativos, sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación límite: someterse o perder el empleo”. Para los investigadores la reforma emprendida por la actual Administración carece de un proyecto educativo que la guíe y le dé sustento. “Se reduce a un conjunto de modificaciones legales para la administración del sistema escolar. Se limita a regular las condiciones laborales del magisterio, a través de procedimientos de evaluación que, lejos de contribuir a la mejora docente, conforman un aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos de manera vertical y autoritaria, las y los profesores de nuestro país”.» Diario Reforma, 25 Noviembre de 2015, nota de Sonia del Valle. Si fuera un problema de solo unas cúpulas sindicales corruptas el problema sería menor, pero ¿cómo se puede justificar que sin tener el control de la nómina, de los mecanismos de promoción o de asignación de plazas, se requiera trasladar a más de 8 mil policías federales para obligar a la realización de las evaluación oficial? Y eso pasó en Michoacán la semana pasada, y sucede en Oaxaca en esta, además de la movilización de miles de policías estatales y municipales en el resto de los estados incluyendo a Querétaro. Ni las desapariciones forzadas, ni la trata de personas, ni muchas actividades del crimen organizado merecen tal atención policiaca como la imposición de una evaluación que destruye los derechos laborales más elementales. Además ¿cómo confiar a ciegas en un gobierno corrupto y cínico, qué garantía existe de que los resultados de esas “evaluaciones” no son manipulados a discreción del aparato represivo de cualquier funcionario con ansias de quedar bien con los poderes fácticos grandotes, los que de veras se sienten con derecho a apropiarse de la educación pública para seguir gozando de sus privilegios? Mientras la tendencia internacional va hacia la tolerancia y hasta promoción de modelos educativos diversos, adecuados a los diferentes contextos socioculturales que existen en cada país y región, aquí corremos hacia un modelo único, ajeno e ignorante de la diversidad cultural. Urgen visiones y prácticas educativas más incluyentes y menos represivas, que aprovechen al máximo la estancia de los estudiantes en las escuelas, que considere prácticas pedagógicas que rompan con los dogmas actuales, como ejemplifica María Acaso «volviendo a la educación, resulta que, dentro de lo que denominamos la revolución educativa, las pedagogías alternativas o la nueva educación, el término esfuerzo no puede significar lo mismo. La neuro educación nos dice que “solo se aprende lo que se ama”. Según este principio, solo aprendemos aquello que nos produce placer, porque el amor hacia algo, como ocurre con el amor hacia alguien, está relacionado con la afinidad, con la pasión, con el entusiasmo. Y es que cuando la adquisición de conocimiento se vincula con el placer, el esfuerzo doloroso se convierte en esfuerzo placentero y resulta que este último es intrínseco en vez de extrínseco. El esfuerzo placentero nos lo pedimos a nosotros mismos, no lo desarrollamos para contentar a los demás, de tal manera que se convierte en un proceso natural, autodireccionado, que desarrollamos de manera orgánica, lo cual no quiere decir que no incluya factores como la perseverancia, el tesón o la disciplina». En lo que suceden esos cambios, nuestra realidad es terca, según datos presentados por el INEE, nuestros niños sufren de prácticas escolares que vulneran sus derechos: al 17 por ciento se le ha impedido la entrada por llegar tarde, o por arreglo personal; al 10.9 se le negó la entrada o presentar exámenes por no pagar colegiaturas; el 11.1 ha sido sacado del salón por no traer materiales o la tarea; 11.6 ha recibido pellizcos, jalones, nalgadas u otros golpes del maestro; a 8.1 lo ha dejado sin comer, sin tomar agua o sin ir al baño como castigo; 5.1 ha sido castigado por hablar alguna lengua indígena. Pero no solo en educación hay retrocesos graves, la desaparición de los institutos municipales de la mujer y el cierre intempestivo del albergue para mujeres en situación de extrema vulnerabilidad son muestras de intolerancia y ceguera gubernamental, al parecer se quiere seguir imponiendo un modelo de familia desconociendo los ya existentes, como si por decreto se pudiera ocultar la realidad.