sábado, 23 de enero de 2016

DESPEGUE FORZOSO

Dice la sabiduría popular que cuando uno no sabe a dónde va, cuando pierde el horizonte por cualquier motivo o circunstancia, lo mejor es regresar al origen, a la raíz, y entonces reposicionarse y fijar nuevamente el rumbo. No es un retroceso, el camino andado allí queda, sirve de experiencia, pero también se vale rectificar. A las “nuevas” administraciones gubernamentales se les puede aplicar lo anterior, principalmente porque las componen personas con responsabilidades específicas. En el caso del poder ejecutivo, la representación recae en una sola persona, sea el gobernador o el presidente municipal, y a más de 100 días de iniciadas parecen no tener más horizonte que el ajuste de cuentas contra sus supuestos enemigos, y el pago de facturas políticas para sus oportunistas aliados. Por el lado del gobernador queretano parece no justificarse la actitud triunfalista, en ningún momento de su campaña política aparecía el revanchismo como propuesta; es lógico que ya en el cargo intente deshacerse de los lastres dejados por la administración anterior, todos sabemos de casos de disque servidores públicos que sólo cobraban y no trabajaban, o que trabajaban mal porque ocupaban el puesto por el simple mérito de ser amigos, ahijados, vecinos o parientes de “alguien” que a su vez tenía una relación parecida con otro “alguien” que estaba más arriba en la cadena política. No por nada los llamados Calzada boys tomaron cierta fama. También conocemos de casos de propietarios o directores de medios de comunicación que se preocupaban más, mucho más, por disputar el cuantioso presupuesto de “comunicación social” de los gobiernos estatal y municipales, que por mantener informada a la población a la cual le deben, en última instancia, su concesión. Sin duda que hubo servidores públicos en las diferentes instituciones públicas, que ocupaban dos o más plazas que, obviamente, no trabajaban, pero sí cobraban. Y ya para finalizar, de las decenas de “jubilaciones” sospechosas de última hora acreditando antigüedades laborales e ingresos que no se justificaban. Pero por esos transas están pagando otros que sí desquitaban el sueldo y estaban laborando cumpliendo con el perfil exigido en su puesto. Se denuncian millonarios faltantes como coartada inmovilista pero no se señalan ni castigan culpables. A pesar de las propuestas y promesas, estamos viendo serias regresiones. Con el pretexto de sanear las finanzas públicas se sufren despidos en masa y con poco tino. Se despide o pide la renuncia de trabajadores que estaban a unos pocos meses de poderse jubilar, de esos que a pesar de los cambios políticos se encargaban de mantener en funcionamiento la estructura de los gobiernos sin importar qué partido gobernara, de trabajadores de base con puestos modestos y sueldos de poca cuantía. También se pretende ponerles freno y límite a las jubilaciones desmedidas, pero eso afecta a los trabajadores que buscan progresar en su trabajo, porque para que tal medida fuera equitativa y efectiva, debería de verse acompañada por un límite igual a los ingresos totales de cualquier servidor público. De forma más clara, que desde el gobernador y para abajo, nadie pudiera tener un ingreso total mayor a 42 mil pesos mensuales, y esto tendría que incluir a presidentes municipales, y hasta a los diputados y magistrados del tribunal superior de justicia. Así, sí se las creo. Pero mientras eso sucede, se presume de más de mil despidos en el poder ejecutivo estatal y una cantidad similar en el municipio queretano, más unos 400 en El Marqués, y así le podemos ir sumando. ¿Alguien recuerda que esto fuera una propuesta electoral para atraer votos? Lo que también se ve es el manejo patrimonialista del poder, las sospechas de nepotismo tienen bases sólidas y allí están señaladas en algunos medios de comunicación. Igual el deterioro en el transporte público de todo el estado, las unidades chatarra volvieron a circular, el pésimo trato y servicio al ciudadano sigue ganando terreno, los abusos descontrolados contra los usuarios y automovilistas son cada vez mayores, dan la impresión que esa impunidad es parte de una factura política que se está pagando. Un ejemplo más claro y que no es único, más bien parece un modus operandi. El actual presidente municipal de la capital queretana le debe buena parte de su despegue a los vecinos de Hércules y colonias aledañas, ellos lo buscaron para exponer sus dudas y temores ante la opacidad con que se manejó el proyecto (fallido) del tren de alta velocidad México-Querétaro. Ese tema, con sus múltiples ramificaciones, provocó la movilización permanente de esa parte de la población, lo que daría plataforma y visibilidad a otros sectores que cuestionaron el proyecto, con toda la exposición mediática correspondiente y que solo había que aprovechar. Ese “origen” de la campaña política y electoral de Marcos Aguilar pronto se olvidó, en lugar de responderles a los vecinos de la zona con un delegado municipal con arraigo, buena fama y compromiso, se nombró a una dirigente de una organización de ganaderos de Ezequiel Montes, que, como dicen los vecinos de la zona, está aprendiendo la diferencia entre una vaca y un ciudadano común y corriente; es mala leche, lo sé, pero están enojados. Hay otro caso igual o más preocupante, como el desmantelamiento del Refugio Nu´Ju para Mujeres Víctimas de Violencia en Querétaro, por la vía del despido del personal, certificado, para tratar un tema tan delicado y que aparentemente estaba dando buenos resultados, por lo menos servía como última instancia de sobrevivencia física y mental para familias seriamente amenazadas por un machismo en retirada, pero que va a provocar muchos daños que pueden ser irreparables de no existir estas alternativas. Caso grave el trato que se está dando a la desaparición de personas, se ningunea a los desesperados familiares, se echan a perder pistas importantes, se pierde tiempo valioso, se filtra información falsa a los medios y no hay respuestas verosímiles ni prevención para casos futuros. En fin, no hay explicación para elegir como camino el “sanear” las finanzas públicas dejando impunes a los sinvergüenzas y atacando a los trabajadores sindicalizados o no. Más bien parece un “quítate tú para ponerme yo”, porque las instancias gubernamentales se están llenando de nuevos recomendados, que no tienen ni la más peregrina idea de qué es lo que van a hacer donde se les está colocando. Puras decepciones pues.